lunes, 6 de julio de 2009

Las formas narrativas y las subvenciones

Los formatos de narrativas en el cine comercial son limitadas. Es impensable que una película de la lista de “películas más vistas del año” no sea de ficción en el sentido común de la palabra. Incluso podemos dudar de la expresión “más vistas” si tenemos en cuenta que para componer estas listas solamente se consulta datos que se refieren a la exhibición comercial de cine.

Pero al margen de este cine existe material cinematográfico que rara vez o nunca se exhibe en las salas comerciales y en este mundo nos encontramos con formas narrativas poco habituales y difíciles de calificar. Documentales en los que dudamos constantemente si lo que se nos está contando es real o una puesta en escena, montajes de archivo, películas que prescinden de palabras, etc.,

Dziga Vertov, el cineasta ruso en cuyos descubrimientos se basan muchos formatos audiovisuales experimentales de hoy, declaró la muerte del cine de ficción en el año 1919. A primera vista podríamos decir que todo parece indicar que se equivocó, pero no se refirió a la muerte económica del cine de ficción. Él estaba hablando de la muerte cultural que significaba la repetición de unos esquemas siempre iguales que ya eran muy visibles en se época.

Últimamente podemos observar que la cantidad de festivales para cine experimental, videoarte, no-ficción crecen cada año y más y más festivales de cine tradicionales incluyen secciones experimentales en sus ediciones. Algunos ejemplos: El Optica Festival de Gijón, la Semana de Cine Experimental de Madrid, el festival Xcèntric en Barcelona, la sección D-Generations del Festival de Cine de las Palmas muchos más.

Ninguna de las películas y piezas que se muestran en estos espacios tiene una financiación que depende de las cuatro productoras que reciben la gran mayoría de las subvenciones estatales para la producción cinematográfica. Con lo cuál nos preguntamos ¿A quién le benefician las subvenciones cinematográficas? Cada año el cine español tiene menos espectadores, mientras que las productoras recaudan cada vez más dinero y reciben la gran mayoría de las subvenciones. ¿Por qué no optamos por más películas más baratas y más variadas con subvenciones directas que ganan la independencia de la recaudación? Esto podría convertir el panorama cinematográfico en un espacio de creación muy interesante de nuevo. Aunque hay que decir que los rebeldes del cine logran algo incluso sin el apoyo estatal. ¿Quién sabe cómo?



Fuentes:
  • http://www.mcu.es/cine
  • http://www.semanacineexperimentalmadrid.com
  • http://digitoolc.fcla.edu
  • http://www.festivalcinelaspalmas.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario